Tristes sombras

nuestros enfermos son viciosos, desviados, imbéciles,

Debido a la escasez de medicamentos, el director Acevedo, médico que rara vez acudía a las instalaciones, aprobó que se utilizaran métodos más agresivos como electrochoques y comas insulínicos, mismos que fueron puestos en duda por el psiquiatra Manuel Velasco

Por dentro, la insalubridad y el hacinamiento acumulados durante más de dos décadas minaron el ánimo de Imelda y los suyos, quienes huyeron al ver la oportunidad, a excepción de Felip

devorar con la mirada y luego a dentelladas, como bestias humanas. —

Por veinte más, puedes tener a la que te guste recién bañada.

Una foto contigua mostraba a un niño pequeño dentro de una jaulita de madera en la que apenas cabía.

aversión.
—Muchacho, vivir entre la locura no es como lo cuentan

La piel se desquebraja como la pintura, los vidrios se opacan como los ojos, los techos se caen a pedazos igual que el cabello abandona la cabeza

. La locura tiene un olor agrio que hay que aprender a apreciar.

Es la imagen del cadáver de una hermosa joven que saltó del Empire State. Da la impresión de que está reposando en el techo del vehículo donde aterrizó, ¿verdad? Dentro de la revista había una nota: «Si uno observa la realidad lo suficientemente de cerca, esa realidad se torna fantástica».