Bicentenario Herman Melville (1819–2019)
«Hay quien ha sugerido que Melville se propuso la escritura de un texto deliberadamente inexplicable que fuera un símbolo cabal de este mundo, también inexplicable.» Jorge Luis Borges
Fondeado en el puerto de Santa María, una pequeña isla frente a la costa de Chile, el capitán Amasa Delano, al mando del buque mercante estadounidense Bachelor’s Delight, divisa un barco que parece estar en apuros. Al acercarse, ve que se trata de un mercante español, el Santo Domingo, «dedicado al transporte de negros», y comprueba que, en efecto, ha pasado muchas calamidades: después de una serie de tormentas al pasar el cabo de Hornos, ha estado a punto de naufragar, el escorbuto y la fiebre han acabado con un gran número de oficiales, y apenas tiene comida y agua. Así se lo cuenta el capitán, don Benito Cereno, pálido, enfermo y con ciertos indicios de «trastorno mental». Hay, sin embargo, otros indicios de que la situación es aún más anómala de lo que parece. El capitán Delano llega a pensar que pueda tratarse de un barco pirata, pero, siendo «una persona singularmente confiada por naturaleza», va descartando sus sospechas a medida que se le ocurren. La habilísima narrativa de Herman Melville irá finalmente traicionando esa confianza para exponerla como un montón de prejuicios: lo que está ocurriendo a bordo del Santo Domingo es en realidad gravísimo y muy violento.
Benito Cereno (1855) es una obra maestra de la técnica del punto de vista que desvela la condescendencia y la falsa «inocencia americana» ante el racismo y la esclavitud.