En el transcurso de unas pocas horas, las cosas se tornaron más claras. El Ejército Libre Sirio, Ahrar al Sham y el Frente Al Nusra habían tomado el control de nuestra ciudad.
Por la noche, todavía presa de la excitación, me reuní con mis amigos. Nos sentamos y discutimos sobre qué hacer a continuación. Todos estuvimos de acuerdo en que prestaríamos todo nuestro apoyo al Ejército Libre Sirio, puesto que todos eran sirios como nosotros y compartían las mismas metas.