124. Con respecto a esto, estoy lista para definirme como una «tullida espiritual», como un crítico japonés tildó una vez a Sei Shōnagon, autora de la famosa Makura no Sōshi o El libro de la almohada. Este crítico quedó horrorizado por la obsesión de Shōnagon con lo trivial, la estética y el chismorreo, su hostilidad hacia los varones y sus comentarios desenfrenada e impenitentemente malvados sobre otras personas, en especial, de clases inferiores. He aquí algunas de las listas que contiene este libro de almohadas: «Cosas que me parecen patéticas», «Cosas sin mérito», «Personas que parecen sufrir»