había desarrollado un embarazo imaginario (le salía leche de cada una de sus tetas), creímos que, como los personajes de folletín que han perdido a su madre o a su hijo (o las Madres o Abuelas de la Plaza de Mayo buscando a sus hijos o nietos), había salido a buscar al pobre del Jethro, para entonces ya enterrado y llorado en Tepoztlán, con una tumba reconocible y adecuada, distinta a las tumbas líquidas donde quizá fueron pasto de los tiburones los desaparecidos del Cono Sur, cu
Ya, muy neta. ¿Qué pedo?