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Svetlana Aleksievich

El fin del «Homo sovieticus»

  • Iván Méndez Ocampoцитируетв прошлом году
    A veces pienso en mis compañeros de la universidad… Nos hemos convertido en cualquier cosa—altos ejecutivos de agencias de publicidad, empleados de banca, vendedores—; en cualquier cosa menos en filólogos…
  • Irasema Diazцитирует11 часов назад
    Yo no había nacido para bailar la danza de la muerte. Siempre quise bailar ballet y tengo los pies perfectos para ello. Papá servía a una gran idea. Lo hacía en un mundo en el que parecía que todos habían sufrido una trepanación y se ufanaban de vivir sin unos pantalones decentes, pero con un fusil colgado al hombro…
  • Jimenuzцитирует9 дней назад
    Me hacía feliz saber que él formó parte de mi vida. Pero igualmente feliz me hacía que saliera de ella. Mi vida siempre ha sido como una hucha: se llena y se vacía, se llena y se vuelve a vaciar…
  • Jimenuzцитирует12 дней назад
    Sabe que el cabello de una persona que se está volviendo loca se pone reseco como la estopa? El cabello es el primer signo de locura
  • Irasema Diazцитируетв прошлом месяце
    Una amiga mía se suicidó… Era una mujer fuerte, de éxito, rodeada de admiradores y amigos. Todos nos quedamos estupefactos. ¿Cómo interpretar su suicidio? ¿Fue un gesto de cobardía o un acto de autoafirmación?
  • Irasema Diazцитирует2 месяца назад
    —Yo me crié en la URSS y el miedo nunca me abandona. Hace diez años no se me habría ocurrido salir a protestar a la calle por nada del mundo. Pero ahora no me pierdo ni una sola manifestación. Estuve en las manifestaciones de la avenida Sájarov y la calle Nuevo Arbat. Y también en la del anillo blanco. Quiero aprender a ser libre. No quiero morirme siendo lo que soy ahora: una mujer soviética. Quiero expulsar de mi cuerpo a paletadas todo lo soviético que hay en mí…
  • Irasema Diazцитирует2 месяца назад
    Cuando yo nací, la URSS ya había dejado de existir. Y si algo me disgusta salgo a protestar a la calle en lugar de comentarlo en voz baja en la cocina, como hacían en tiempos soviéticos.
  • Irasema Diazцитирует2 месяца назад
    —El 7 de mayo de 2012 la televisión mostró el suntuoso cortejo de Putin avanzando por una ciudad desierta de camino al acto de toma de posesión presidencial en el Kremlin. No se veía ni un coche, ni un transeúnte. Habían sometido a la ciudad a una limpieza de veras concienzuda. Miles de policías, militares y agentes de los cuerpos de seguridad hacían guardia en las bocas de metro y los portales de los edificios. Por un día la capital parecía limpia de moscovitas y de sus sempiternos atascos. Era una ciudad muerta. Una ciudad cadáver para un zar de pacotilla.
  • Irasema Diazцитирует2 месяца назад
    —No existe ninguna otra alternativa de futuro para la humanidad que no pase por el comunismo.

    —Sobre las puertas del campo de trabajo de Solovki colgaba un lema bolchevique: «Con puño de hierro conduciremos a la humanidad hacia la felicidad». Ésa era una de las recetas para salvar a la humanidad.

    —Ya se me han quitado las ganas de salir a la calle a hacer algo. Lo mejor es quedarse de brazos cruzados. Ni el bien, ni el mal. Porque lo que hoy es el bien, puede ser el mal mañana.

    —No hay nadie más temible que un idealista…
  • Irasema Diazцитирует2 месяца назад
    —Yo crecí en una familia de disidentes… En la cocina de una familia de disidentes… Mis padres eran conocidos de Sájarov, repartían literatura prohibida, samizdat. Juntos leímos a Vasili Grossman, a Evguenia Guinzburg, a Dovlátov… Escuchaba Radio Svoboda… Y, naturalmente, en 1991 estuve frente a la Casa Blanca, dispuesto a dar mi vida con tal de que no volviera el comunismo. No había un solo comunista entre mis amigos. Para nosotros, el comunismo era sinónimo del terror rojo, del Gulag. De las celdas.
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