Hay compañeros de vida, pero también parejas formadas por enemigos que se odian a muerte. Libres o atrapadas, falsas o indestructibles, a distancia o aburridas…
Cada pareja tiene que hacer su propio contrato, y revisarlo periódicamente para asegurarnos de que ambas partes lo estamos cumpliendo, y para cambiar las condiciones en la medida en que vamos cambiando nosotros.
Los cinco pilares del contrato para el amor en pareja son:
Evaluar si hay condiciones para quererse bien y para disfrutar del amor.
Examinar qué es lo que se puede negociar y qué no.
Llegar a acuerdos sobre cómo vamos a cuidar la relación mientras dure.
Revisar de vez en cuando esos acuerdos y modificarlos si hace falta.
Establecer pactos para cuidarnos durante la relación y cuando termina.
El final es la parte más difícil del proyecto: no sabemos separarnos sin hacernos daño, así que tenemos que pactar los cuidados que nos vamos a brindar mutuamente si llega el momento de romper el vínculo amoroso.