No recuerdo un tiempo, dice Eudora, en que yo no estuviese enamorada de libros. Fue mi madre la que me respaldó emocionalmente e imaginativamente en mi deseo por llegar a ser escritora. No fue sino hasta muchos años después, cuando Eudora Welty ya había escrito tantos cuentos, que se percató de que la mayoría de los personajes literarios eran maestras. Ellas son, en gran medida, dice, mis heroínas