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Humberto Beck

Otra modernidad es posible

  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    La herramienta contraproductiva es, por el contrario, aquella que obscurece esta diferencia y de hecho tiende a la generación de híbridos entre personas y cosas —híbridos que, como mostró el pensamiento del propio Illich tardío, culminan en la figura del cyborg y en esos cyborgs colectivos que son los sistemas—
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    Como advirtió Marx en su discusión sobre el “fetichismo de la mercancía”, en las sociedades industriales prevalece una estructura —la del sistema de producción— que subordina las relaciones entre personas a las relaciones de las personas con las cosas y de las cosas entre sí. La convivencialidad se propone revertir esa situación mediante la formación de una modalidad de producción y una estructura de las herramientas en las que las relaciones entre personas recuperen la primacía, y esto sin restablecer los lazos jerárquicos de las sociedades tradicionales, sino, precisamente, desde una afirmación de la independencia personal.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    obstáculo para la convivencialidad. La experiencia de las últimas dos décadas con el internet es reveladora. Por un lado, internet y el conjunto de herramientas digitales que lo acompaña, desde el correo electrónico hasta los navegadores web, y desde la mensajería instantánea hasta las plataformas de auto-publicación, pueden representar la encarnación de una especie utopía convivencial: una red descentralizada que facilita los intercambios horizontales de manera espontánea, no programada y autónoma. Por otro, sin embargo, internet y la cultura digital en general han generado las condiciones para formas de control gubernamental y concentración corporativa sin precedentes —desde los poderes de observación y tutelaje de la National Security Agency hasta la captura del mercado y de las preferencias personales por parte de Apple, Google, Amazon o Microsoft—. Con todo y la realidad de nuevos “monopolios radicales” o de una vigilancia omnipresente, el mundo de las redes ha creado también bolsillos de intercambio cooperativo y no mercantilizado, como el sistema operativo de fuente abierta Linux o la propia Wikipedia, que probablemente se acercan a ser personificaciones de una convivencialidad digital.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    Pueden los dispositivos digitales ser auténticas herramientas convivenciales? Aunque Illich nunca llegó a escribir un libro sobre los medios electrónicos, es posible, a partir del establecimiento de analogías con sus reflexiones sobre las herramientas tradicionales, especular sobre cuáles podrían ser los contornos de una convivencialidad digital. Illich señala —en la página final de La sociedad desescolarizada—, por ejemplo, que, si bien “la electrónica moderna, las prensas offset, las computadoras, [y] los teléfonos podrían representar un equipamiento capaz de dar un sentido completamente nuevo” a las libertades personales, usándose para la creación de redes democráticas y la facilitación de encuentros igualitarios para la mayoría, estos medios se han puesto, más bien, usualmente al servicio de los “capitalistas del conocimiento” con el fin de consolidar formas verticales y centralizadas de la información.11 Algo similar había sucedido ya al lápiz y a la máquina de escribir —dos medios modernos de reproducción de textos que representaban, en principio, técnicas idóneas para una comunicación convivencial, pero que terminaron muchas veces integrados a instituciones industriales como la burocracia o la escuela—; y también a la biblioteca, que ha sido convertida, por lo general, en un apéndice del salón de clases, cuando la situación podría ser la inversa: convertir al salón de clases en un aditamento de la biblioteca.12

    Al igual que muchos medios tradicionales, los dispositivos digitales, como computadoras, tabletas y teléfonos inteligentes, cuentan con el potencial de emplearse como herramientas convivenciales. Un referente relevante a este respecto es Lee Felsenstein, el diseñador de la primera computadora personal, quien cita al Iván Illich de La convivencialidad como su principal fuente de inspiración. Pero, tal como muestra el caso de sus antecesores, los dispositivos digitales también pueden ponerse fácilmente al servicio de las instituciones industriales y convertirse en un obstáculo para la convivencialidad.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    La desescolarización, sin embargo, vendría acompañada de sus propias trampas: las soluciones falsas o incompletas que, bajo la apariencia de una alternativa, no harían más que consolidar la estructura consagrada de la escuela. Las propuestas de “reformar el aula”, “dispersar las aulas” y “transformar la sociedad en una gran aula” son las tres variedades de este equívoco. Las tres representan la amenaza de una propagación más sutil e insidiosa de las formas de control escolarizado —un cambio que, en los términos de Foucault, se podría describir como la transformación de la disciplina típica de las aulas en el principio general de una gubernamentalidad escolarizada y “escolarizante”—. En un régimen de escolarización universal en apariencia reformado, la racionalidad escolar, de haber estado limitada a una sola institución —la escuela—, pasaría a reproducirse en todas las ins­tituciones de la sociedad en su conjunto, convirtiéndolas en agentes de la escolarización.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    Adicionalmente, el modelo de la biblioteca se extendería a otras instituciones donde las herramientas de producción se pondrían a disposición del público. Además de democratizar el uso de los recursos para la obtención de saberes, un régimen educativo convivencial también dotaría a quien lo deseara de los medios para compartir sus conocimientos a través del establecimiento de “tramas educacionales”: redes reticulares que permitirían difundir con igualdad de oportunidades las propias habilidades e intereses.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    Los contornos de una reconstrucción convivencial se pueden asir más fácilmente a partir de la descripción de una de sus encarnaciones: el proyecto de desescolarización de la sociedad. Pero ¿qué supone desescolarizar? En primer lugar, romper con las inercias de una imaginación social capturada por la escuela. Esta ruptura demanda la realización de un proceso análogo al de la separación entre la Iglesia y el Estado ocurrido en el siglo XVIII en Estados Unidos: el apartamiento oficial entre el Estado y la institución escolar. Tal “privación de apoyo oficial a la escuela” (o disestablishment, en su sentido norteamericano) implicaría que nadie pudiera ser discriminado (en, por ejemplo, una solicitud de empleo) en función de su grado de escolaridad, de la misma manera en que, por derecho constitucional, ahora nadie puede ser discriminado por su afiliación a una iglesia. Una sociedad desescolarizada, escribe Illich, decretaría una “separación constitucional respecto del monopolio de la escuela”, porque nadie tiene por qué sentirse inferior o superior por su grado de escolaridad, y porque no puede haber “ningún ritual obligatorio para todos”.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    Las herramientas convivenciales no frustran a sus usuarios, sino que alientan la accesibilidad general. La biblioteca pública es, en este sentido, un modelo de convivencialidad: una institución de acceso libre y no programado en la que los interesados pueden tomar o dejar los materiales de acuerdo con sus propios intereses. El libro mismo es otra herramienta convivencial representativa que resulta, a su vez, de la aplicación de dos invenciones convivenciales previas: el alfabeto y la imprenta, ambas técnicas de bajo costo y fácil aprendizaje que casi cualquier persona puede llegar a utilizar para conseguir sus propios fines.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    La principal manifestación de esta condición sagrada de las herramientas en la modernidad es el principio que Illich denomina el imperativo tecnológico: la idea de que, si algo es técnicamente posible, se tiene que realizar, sin importar los costos sociales que se paguen por ello.15 El imperativo tecnológico está al servicio del progreso entendido como el consumo ilimitado de productos —se encuentra en el cruce de la técnica como una versión moderna de lo sagrado y del sistema industrial como una religión—.
  • Sergio Castroцитирует20 дней назад
    La contraproductividad, a su vez, se puede entender como una forma de sinergia negativa: la supremacía de los bienes industriales que degrada el entorno, lo vuelve incompatible con la acción personal, y destruye las condi-ciones para la sinergia entre mercancías y valores de uso.4 La reconstrucción convivencial requiere el desmantelamiento del predominio del modo heterónomo de producción. Este desmantelamiento pasa por la ejecución de dos medidas inapelables: el establecimiento de límites a las instituciones industriales y la promoción de una clase de instrumentos favorable a la autonomía.
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