o, le confió a un asesor que presentía que la batalla se perdería. Como el asesor no se explicaba el porqué, el rey lo llevó a un gran lago cercano donde, tras echar un papel al agua, ambos observaron que este permanecía estático sobre la superficie. Luego el rey lo condujo a un riachuelo, donde lanzó otro papel, que de inmediato fue llevado por la corriente. «Nuestro ejército es como el lago grande —dijo el rey—, cargado de recursos pero estático, sin comprom