Hubo un tiempo en que existió una institución llamada 'Universidad'"… Con estas palabras inicia el escrito del padre Gerardo Remolina (2012), cuyo título se presenta en forma de interrogante, a saber: "¿Réquiem por la Universidad?". Esta denominación de su trabajo nos deja en vilo. Y provoca una serie de preguntas entre las cuales podríamos nombrar las siguientes: ¿será que la Universidad, como el padre Remolina lo presenta, está muerta? O, más bien, ¿será que en esta (la Universidad) viven, o sobreviven académicos que son como “muertos vivientes” que utilizan los conceptos pero estos no dicen nada a la vida cotidiana, o mejor al mundo de la vida? ¿Se vive o se sobrevive en esta (la Universidad) con categorías “zombis” que se utilizan para nombrar lo humano y defender teóricamente este término, pero en las lógicas de la Universidad-empresa se conducen a sus miembros (directivas, docentes, estudiantes, empleados) a ser simplemente productores de la matrix del capitalismo?
Volviendo al texto del padre Remolina (2012), en su inicio nos dice que sus palabras son retomadas de la carta de renuncia a su cátedra universitaria del doctor Marius Reiser, profesor titular de la Universidad de Mainz, Alemania. En esta, después de describir el espíritu de libertad, apertura y gratuidad en la búsqueda de la verdad, que caracterizó a la Universidad alemana durante doscientos años, prosigue diciendo: «De pronto vino una tempestad y granizaron disposiciones para una reestructuración de todas las carreras. La tormenta recibió el nombre de 'Bolonia' y llevó rápidamente la vida bella a su final» (Remolina, 2013, p. 14). ¿Será que la vida bella de nuestras universidades en Colombia también ya se fue?
Estos y otros interrogantes son objeto actual de las reflexiones de la relación Universidad-sociedad, es así como pensar la idea de Universidad es pensar una institución que nació reflexionando sobre la sociedad en todas sus dinámicas.