PUÑETAZOS DE LIVIA ERAN certeros y se estrellaban con un chasquido sonoro contra el casco de Randy cada vez que lograba hacer contacto. Él se cubría con suficiente pericia como para que ella viera que no le estaba haciendo ningún daño, sino que solamente lo mantenía alejado. Livia cambió el peso a la pierna izquierda para preparar la patada, cuando vio que él levantaba el brazo, anticipándose. Rápidamente, giró a la derecha y estrelló el codo contra la sien de Randy, que cayó al suelo.