dentro de diez años, la culpa será lo más de lo más, hablar de ella, diseccionarla y superarla. Ese día discutimos un poco porque yo le dije que me parecía absurdo pensar que uno pudiera librarse de la culpa a fuerza de hablar de ella, que la culpa era necesaria en esta vida, que nos impide repetir acciones reprobables y que nos motiva a pedir disculpas y a buscar perdón y a empatizar con otros seres humanos y a sentir el dolor de aborrecerse a uno mismo que a algunos de nosotros nos motiva a su vez a escribir en un fútil intento de expiación, y además la culpa ayudaba también, le dije a mi amigo, a enmerdar las relaciones y las relaciones enmerdadas son la fuerza vital de los libros, las películas y el teatro, así que vale, sí, claro, librémonos de la culpa pero entonces ya podemos olvidarnos también de la cultura. Ahora, sin embargo,