Ensayos de Enrique José Varona
Fragmentos de la obra
Cuando un inesperado renacimiento fija la atención de los hombres estudiosos de Cuba en el gran espectáculo que representa en nuestros días la vida especulativa, cuando la juventud que avanza llena de entusiasmo oye a cada paso hablar de una ciencia moderna y de una filosofía nueva que sobre ella se cimenta, le pide sus métodos y la abraza y la completa; la aparición de un libro de filosofía positiva escrito por un cubano eminente, que exhibe incontestables títulos, heredados y adquiridos, de competencia científica, es acaecimiento de sobrada importancia para que la Revista de Cuba no le consagre benévola atención y minuciosa crítica.
A ejercerla vamos, sin apasionamiento, pero con firmeza. Creemos tener aquilatado el valor social del oficio que debe desempeñar la crítica en una época que se complace de investirse en ese título. Pesar y medir ajenas opiniones establece deberes estrictos de equidad, mesura y buena fe que contrapesen los derechos de que espontáneamente tomamos posesión. No faltaremos a ellos por voluntad nuestra, y en este caso menos que en otro alguno, por muy especiales circunstancias. El señor Poey tiene legítimamente adquirida una gran reputación como naturalista y meteorólogo, y al presentarse hoy descubiertamente como mantenedor de una doctrina filosófica se coloca en un campo por donde también hemos pasado nosotros.