«Una intriga singular, suntuosa, de largo aliento.» John Updike, The New Yorker El Sultán ha pedido a los artistas más reputados del país un gran libro que celebre las glorias de su reino. Su tarea será iluminar esa obra al estilo europeo. Pero como el arte figurativo puede ser considerado una ofensa al Islam, el encargo se convierte a todas luces en una proposición peligrosa. La élite gobernante no debe conocer el alcance ni la naturaleza de ese proyecto, y el pánico estalla cuando uno de los miniaturistas desaparece. La única pista para resolver el misterio —¿quizá un crimen?— reside en las miniaturas inacabadas. Me llamo Rojo es un viaje caleidoscópico al terreno fronterizo entre el arte, la religión, el amor, el sexo y el poder.