En este volumen, Artemis Fowl, frívolo chico de 12 años de cociente intelectual inigualable y perteneciente a una legendaria familia de ladrones de guante blanco, tras una ardua búsqueda con la ayuda de su brutal mayordomo y guardaespaldas Mayordomo, consigue verificar la existencia de ciertos ancestrales seres fantásticos llamados Criaturas (elfos, centauros, duendes, enanos, trolls y goblins, entre otros) recluidos en el Subsuelo. Artemis consigue hacerse de un ejemplar de su Libro (cierta clase de Biblia de las Criaturas en la que se dictan sus códigos de vida, etc.) y lo utiliza para obtener esenciales datos con los que idear un perfecto plan para arrebatar a las Criaturas una gran cantidad de oro, y así incrementar la fortuna de su familia. Así, secuestra a Holly Canija, casualmente capitana de la PES (Policía de los Elementos del Subsuelo). Luego de varias interacciones con los mandos de la PES (las cuales, además de charlas de negociación, incluyen el envío de un enano ladrón -Mantillo Mandíbulas- y de un troll incontrolable y la utilización de Paradas de Tiempo), éstos deciden que la única forma de resolver la situación es enviar una bomba biológica (arma que solamente destruye la vida sin dañar el entorno en lo más mínimo) a la mansión Fowl De forma inesperada, Artemis consigue evitar la parada de tiempo (algo que hasta el momento había sido considerado imposible), salvándose también de la bio-bomba, y obteniendo finalmente el oro tan deseado y, además, la salida de su madre de la profunda depresión en la que se encontraba.