La novel escritora limeña explora la crudeza de las relaciones que componen este país imposible y la fragilidad de aquel andamio que llamamos “familia”. Famulus no es una colección de relatos individuales, sino que sus personajes están, de alguna forma —como en la vida real—, enlazados entre sí, iluminando inesperadamente el uno al otro.
La presión de las expectativas familiares y la amargura en la que se disuelven los sueños adolescentes, en “Exhala”; la tóxica dosis de accidente y obstinación que mantiene unida una familia, en “Hogar”; la irresoluble ecuación de una sociedad en putrefacción, en “Basura”; la ironía que sostiene la maternidad, en “Palabras”; la brutal nitidez que conservan ciertas heridas de infancia, en “Rata”; la delirante lógica que encierra hasta la asfixia al cuerpo femenino, en “V.”; y el testimonio de amor y supervivencia del trípode abuela-madre-hija, en “Kintsugi”, son las piezas de este engranaje que narra el dolor y el abuso, las relaciones humanas y lo que significa ser mujer en un país como el Perú.