Durante siglos, la pintura ha sido nuestra principal herramienta de comunicación visual y, por tanto, de creación de todos aquellos imaginarios culturales que atraviesan nuestra mirada. Sin embargo, hace años que parece haber perdido parte de su fuerza frente a la fotografía y otros medios visuales. Este influente ensayo de Julian Bell parte de la supuesta muerte de la pintura y nos ofrece un estudio agudo y apasionante que nos conducirá de la reflexión en torno a la naturaleza del medio pictórico hacia las profundidades del arte y la representación visual. Nacido bajo la inevitable influencia de Modos de ver de John Berger, este libro se ha convertido por derecho propio en un clásico de la teoría de arte y el lenguaje visual.