Todos tienen razón

Ella se reía cuando veía mi llanto, pero inmediatamente después lloraba conmigo. Lágrimas de regocijo. A esto se le llama intimidad. Lo que a todo el mundo le resulta patético y empalagoso, excepto a quienes desempeñan el papel de protagonistas.

del lado de los enamorados está el tiempo, siempre; pero yo estaba inmovilizado debido a la felicidad, quería que no terminara nunca,

Beatrice, alada y poderosa, ligera y distraída, revoloteaba con sus zapatos planos y a una altura precisa y puntual, como si la hubiera dibujado Picasso cuando estaba en sus cabales.

Yo no. ¡Yo no consigo olvidar, caray! ¿Pero por qué? Y llevo conmigo en bandolera el recuerdo de esa mujer como si fuera el primer día, con todos los afectos, los resentimientos, la melancolía, la rabia, el sexo, la amistad, el dolor, la alegría y el sufrimiento. ¡Desde hace años!

En esta deslumbrante carrera mía debo de haber escrito algo así como unas doscientas veinte o doscientas treinta canciones. ¿Qué puedo decir? Cien, por lo menos, están inspiradas en ella, en Beatrice.

Pero ella no lo sabe. Porque su nombre no aparece en ninguna de mis composiciones. Éste es mi secreto. Este escondite que anida dentro de mí igual que una llaga.

En estos momentos podría escribir una novela, ahora soy una orgía de felicidad y experiencia.

sol empañado por detrás del Vesubio había sido más simbólico y significativo que ahora. Le hace salir a uno del coma.

De pronto, se respira el futuro.

Es el amanecer.

Está claro que alguien como yo ha visto amaneceres de todos los colores, pero éste era verdaderamente el más hermoso de todos. Un amanecer deslumbrante y escultórico. Un amanecer mediterráneo. Que te devuelve a la vida.

El Pesante hace que apaguen los motores. Cae sobre nosotros el incierto silencio del Hades.

. Ahora en cambio se trata del miedo en estado puro, el miedo tal y como debió de imaginarlo Nuestro Señor cuando lo concibió, junto con los dinosaurios y las piedras preciosas. Y este pánico voraz y palustre se manifiesta de una manera bastante precisa. Siento como flamencos picoteándome en el culo.