La cronista es una criatura fenomenal. Su escritura está siempre en tránsito. Su mirada en tensión para llevar la experiencia propia y ajena al relato. Devora las formas de la literatura y sus géneros para narrar una realidad que también cambia cada a cada instante. Se arriesga y viaja, tantas veces de forma precaria, allí donde el interés de otros periodistas no llega. La cronista atiende a la palabra de quien migra, cuida, limpia; de quien ha sido violada, secuestrada, golpeada; de quien hace memoria de todas ellas y de quien encuentra en el feminismo una forma de intervenir el mundo.
María Angulo Egea y Marcela Guzmán Aguilar han rastreado el campo de la crónica hispanoamericana en su busca y han reunido en este libro a veintiuna voces de veinte países. Las escritoras que conforman este volumen han nacido después de 1980 y han publicado sus textos en pleno siglo xxi. Pero no son nuevas por ello sino porque, como escribe Gabriela Wiener en el prólogo: «Son las que están aquí las que trajeron los nuevos temas, los nuevos aires, los nuevos cuerpos, los nuevos horizontes, las nuevas luchas, las nuevas palabras, las que siguen empujando la puerta fría, las que han acampado en el extrarradio».