Desde los rituales para la mejora de las cosechas y la caza hasta el canibalismo patológico, el hecho de que un ser humano se coma a un semejante ha causado una mezcla, aún en vigor, de repugnancia y fascinación. Existen numerosas explicaciones para el hecho de que un ser humano se coma a otro ser humano: materialistas, culturales y patológicas. Es un hecho que fascina y repugna a partes iguales, muestra de ello puede ser el caso del caníbal Armin Meiwes que consiguió, a través de internet, un voluntario para ser devorado. Historia natural del canibalismo estudia la antropofagia en todas sus variantes, y desde el Neolítico hasta la actualidad, para descubrirnos que, lejos de ser una práctica ancestral y erradicada de exóticas tribus de América, África u Oceanía, el canibalismo está aún vigente y más cerca de nosotros de lo que creemos, si bien es cierto que practicado exclusivamente por psicópatas. Manuel Moros recorre en esta obra el fenómeno del canibalismo en su totalidad, dividiendo primero los distintos fines del mismo: existe un canibalismo ritual encaminado a favorecer las cosechas y la caza, un canibalismo guerrero encaminado a someter y humillar al enemigo comiéndoselo, un canibalismo psicópata practicado en la actualidad por asesinos como Ed Gein, Albert Fish, Armin Meiwes o el Caníbal de Guerrero, y, por último, un canibalismo de supervivencia, éticamente distinto a los anteriores y famoso por casos como el del equipo de rugby Argentino retratado en ¡Viven! aunque también presente en los campos de concentración alemanes o en el sitio de Numancia.