—Esto no es lo peor. Mientras nos queden fuerzas para huir, mientras podamos ocultarnos en nuestros recuerdos, no estaremos del todo muertos. Pero pronto habremos llegado al más lejano de los recuerdos, y más allá no habrá nada. En el último infierno ya no habrá huida, no encontraremos más caminos, más pasajes, ni más puertas abiertas. Ya no necesitaremos buscarnos. En la última muerte estaremos encerrados en esta sala, tras esa puerta con llave. Yaceremos aquí, para siempre.