Atestiguan este carácter provocativo los graffiti, las inscripciones, los dibujos obscenos que las comentan o las complementan a veces furiosamente, al traspasar las interioridades femeninas cuya delicadeza de "arácnido" visiblemente se percibió como un llamamiento a la violación; lo mismo cabe decir de esas bocas "pulposas" (el lector no ha de sorprenderse de los adjetivos que empleo aquí, pues todos están tomados de la literatura de las estaciones), esas bocas que nos invitan a apreciar el sabor de un chocolate o la calidad de un lápiz labial y excitan, en algunos artistas, salvajes fantasías que, a decir verdad, son bastante redundantes