Come reza ama me ayudó a hacerlo

Que no tengo que ser madre, a pesar de lo que diga la sociedad.

autoconciencia y la humildad que aprendí en mis treinta

¿Por qué seguir haciendo lo que las mujeres han hecho durante siglos si puedes trazar tu propio rumbo? ¿Por qué hacer lo mismo que tu madre o tu abuela hicieron y seguir atada a un lugar si puedes estar en un avión rumbo a algún lugar desconocido?

Liz aprendió del Bhagavad Gita, viviendo esta vida a mi modo, de manera torpe y tropezando. Lo había intentado. Lo seguía intentando

Es una buena señal que te rompan el corazón. Quiere decir que has hecho un esfuerzo»

Un día de éstos vas a recordar esta época de tu vida como un dulce momento de tristeza. Entenderás que, estando de duelo y teniendo roto el corazón, estás en el mejor sitio posible para cambiar tu vida»

tienes que estudiar científicamente tu propia experiencia. No has venido aquí de turista o periodista; has venido como exploradora. Así que ponte a explorar»

Puerta, una de mis nuevas palabras favoritas. Constantemente en movimiento. Abierta, cerrada, batiendo, golpeando, una ventana, una mirilla, un cerrojo, una cerradura. Un comienzo

Durante muchos años, mi palabra favorita fue creer. Cuando estaba sufriendo en los momentos más profundos y oscuros de mi vida, había dejado de creer. En el amor, en la esperanza, en el futuro, en la gente y, sobre todo, en mí misma.

Me percaté de que, como las cuentas de japa mala,[2] la vida es una cadena de pequeños éxitos, grandes fracasos, amor, pérdida, valentía, miedo, todos juntos en un círcu­lo finito