Andrew Harlan ha cometido un crimen, pero su acto no es un simple delito. La ley que ha quebrantado es la más importante de todas para un Ejecutor: la ley que impide que miles de años de historia sean borrados y reescritos de forma irreversible por la guerra, la muerte y la decadencia. Ni siquiera la Eternidad, la organización a la que pertenece, puede detenerle.