Crepusculo

– Dijiste que me querías.
– Eso ya lo sabías -le recordé, hundí mi cabeza en su hombro.
– Da lo mismo, es agradable oírlo.
Oculté la cara contra su hombro.
– Te quiero -susurré.
– Ahora tú eres mi vida -se limitó a contestar.

Cuando la vida te ofrece un sueño que supera con creces cualquiera de tus expectativas, no es razonable lamentarse de su conclusión.

– Tengo miedo, además de por los motivos evidentes, porque no puedo estar contigo, y porque me gustaría estarlo más de lo que debería.

El abrumador anhelo de tocarle también se negaba a desaparecer.

hay en todo el vasto y oscuro mundo de espectros y demonios ninguna criatura tan terrible, ninguna tan temida y aborrecida, y aun así aureolada por una aterradora fascinación, como el vampiro, que en sí mismo no es espectro ni demonio, pero comparte con ellos su naturaleza oscura y posee las misteriosas y terribles cualidades de ambos.

y Jacob acudió andando despacio para sentarse en el sitio libre que aquélla había dejado a mi lado. A juzgar por su aspecto debería tener catorce, tal vez quince años. Llevaba el brillante pelo largo recogido con una goma elástica en la nuca. Tenía una preciosa piel sedosa de color rojizo y ojos oscuros sobre los pómulos pronunciados. Aún quedaba un ápice de la redondez de la infancia alrededor de su mentón. En suma, tenía un rostro muy bonito.

alzó la mano y movió el dedo índice para indicarme que lo acompañara. Me guiñó el ojo cuando lo miré incrédula.

Sería más... prudente para ti que no fueras mi amiga —explicó—, pero me he cansado de alejarme de ti, Bella.

Para serte totalmente sincero, ella no va a estar disponible ninguna noche para cualquier otra persona que no sea yo. No te ofendas.

—Entonces, ¿no te importa? —Pregunté, dubitativa otra vez—. ¿Que yo no sea… buena para él?

—No —se quedó pensativa—. Tú eres lo que él quiere. No sé cómo, pero esto va a salir bien