Me ha gustado mucho, pero mucho: una historia que a veces se siente contemporánea o, mejor dicho, atemporal y por ello universal. Un clásico, pues, sobre la razón del ser o no ser, la búsqueda de los motivos de la existencia y su contrario: el oblovismo, estar y solo eso, sobrevivir cada día sin mayor interés ni voluntad de movimiento y menos de cambio, una especie de oda a la pereza. La parte histórica surge de pronto cuál novela costumbrista para darnos pistas sobre la vida social en esa región de Rusia en el siglo XIX, el nacimiento de la burguesía y su avance sobre la vieja aristocracia. El paso lento de la historia rusa transgredido por la modernidad, curiosamente, personificada en una mujer amante de la vida, deseosa de trascender. Lectura altamente recomendada