—¿Sabes que esto significa que lo que hicimos…, lo que casi hicimos en París…?
—¿Subir a la Torre Eiffel?
Él le puso un mechón tras la oreja.
—No me dejas pasar ni una, ¿verdad? No importa. Eso es una de las cosas que me gustan de ti. Bueno, pues la otra cosa que casi hicimos en París…, seguramente eso quede aparcado durante un tiempo. A no ser que quieras que ese rollo de «me consumo de pasión y ardo en deseos por ti» se convierta en algo literal de un modo bastante desagradable.