La semiótica, junto con otras disciplinas sociales y humanas como la antropología, los estudios del discurso, la filosofía política, la sociología crítica y la comunicación, tiene el gran reto de ofrecer herramientas teóricas y metodológicas para comprender y explicar la complejidad de los fenómenos sociales e históricos. Sin embargo, más allá de esas explicaciones, la semiótica también sirve para desenmascarar, desde estrategias de deconstrucción de los significados vigentes, aquello que se nos quiere vender o presentar como verdades absolutas; estoy haciendo referencia a los discursos que promueven como necesarias o naturales las guerras, la discriminación, la inequidad. En este contexto, la semiótica puede resultar una disciplina esperanzadora, porque nos permite comprender que otros mundos semióticos son posibles