Un príncipe de Faerie, criado a base de leche de gata y desprecio, nacido en una familia colmada de herederos… Quizá no sea tan sorprendentemente acabara volviéndose así… Algunos piensan que es como un licor de los más fuertes: arde al llegar al fondo de tu garganta, pero también resulta estimulante. Tal vez tú no compartas esa opinión. Pero a Cardan le da lo mismo.