¡De pronto, desafiarle era lo último que quería hacer!
Al cínico Dare James le hervía la sangre. Cierta cazafortunas había clavado las garras en su abuelo. Pero, cuando fue a la mansión familiar hecho una furia para poner orden… descubrió que la mujer en cuestión no tenía intención de dejarse intimidar.
Carly Evans estaba horrorizada. ¡Era la doctora del abuelo de Dare, no una buscona! Estaba deseando ver la cara del arrogante millonario cuando descubriera su error. Sin embargo, sin poder evitarlo, cayó bajo su embrujo.