Este libro se propone introducir un desvío en la comprensión habitual
de la imaginación, expandir el término para que no se repliegue a los
límites que han determinado su uso, en un momento histórico en donde no se deja de anunciar su obturación. Agotamiento que se constata en la imposibilidad de poder imaginar alternativas a nuestras formas de producción y de organización de la vida. De ahí
que la apuesta y riesgo de este libro consista en levantar la categoría
crítica de imaginación material como tentativa metodológica que quiere contribuir a potenciar otros procesos de formación desde
diferentes prácticas. En este sentido, se trata de profundizar en algunos de los desarrollos presentados en La performatividad de las
imágenes, para interrogar qué podría querer decir que existe una fuerza formadora en la imagen. Si la imaginación es la capacidad de crear imágenes, ¿cómo activar esa potencia de lo imaginal?
Si lo que pretendemos es una crítica que sea capaz de invertir su energía en una nueva pasión creativa para organizar el polémico
encuentro entre lo real y lo posible, es necesario explorar una creación social, artística y conceptual que trabaje desde los bordes,
los restos, los fragmentos y lo accidental que se produce en las
nuevas formas de contacto.