Según Fromm, el cristianismo surge como un importante movimiento histórico-mesiánico en el seno de las clases bajas del pueblo judío. Sin embargo, a partir del siglo II su composición social se transforma y deja de ser la religión de los artesanos pobres y los esclavos para ganar adeptos entre las clases acomodadas del Imperio Romano. A partir de todo esto, el presente libro examina la conversión del cristianismo en religión del Estado y la gran transformación jerárquica: la Iglesia. Así, tomando como referencia histórica el significado psicológico de la fe de los primeros cristianos, Fromm investiga pacientemente las relaciones entre la psicología y la religión, e intenta comprender, no tanto a la gente sobre la base de un estudio del dogma, como el dogma sobre la base de un estudio de la gente.