. A su alrededor, las familias se formaban y las barrigas engordaban. Tener hijos no entraba en sus planes. Por un lado, no estaba segura de ser una persona madura; por otro, la época actual le parecía verdaderamente hostil. Tenía la sensación de que se estaba produciendo una mutación silenciosa, profunda, solapada, de una violencia sin precedentes –una etapa de más, un funesto umbral franqueado en la línea del tiempo–, sin que nadie fuese capaz de detenerla. Y ante semejante panorama, sin sueños ni utopías, le habría parecido de locos traer al mundo otra vida.
Le había parecido de locos traer al mundo a otra vida