Durante el siglo XX la humanidad ha conseguido triplicar su población y duplicar la esperanza media de vida, ¿supone esto una mejora en nuestra felicidad? ¿Vivimos vidas felices? Arrastramos la creencia generalizada de que la felicidad se basa en las posesiones materiales, el consumo, el poder y el éxito. Por su parte, la infelicidad nos deja expuestos y vulnerables como personas y como sociedades por lo que la promoción de la felicidad debiera ser un objetivo deseable tanto a nivel individual como colectivo.