Galen tiene 22 años y vive en casa con su madre, Susie-Q, en un extenso huerto de nogales. Lo que en su día fuera una intensa y estrecha relación filial, ahora se ha convertido en una convivencia llena de ira. Galen no puede soportar ciertos comportamientos de su madre, por lo que muy a menudo se enfurece. El muchacho sufre, además, el complejo de profeta: cree que está descubriendo el camino hacia la iluminación gracias a la lectura de Siddharta, la meditación y el ayuno. De vez en cuando la tía Helen y su hija Jennifer, apodadas «la mafia», vienen a visitarlos, sumando a la situación más tensiones, reproches y riesgo adicional de carácter incestuoso.