La isla de Guadalupe en los años cuarenta podía ser un lugar paradisíaco, con el mar tan azul, el bullicio de las calles, su olor a especias, azúcar y ron, pero también el escenario de la discriminación racial, la miseria y la inevitable emigración a la metrópoli. A través de los recuerdos de los personajes, Bulle reconstruye una historia familiar ligada al pasado colonial y protagonizada por mujeres fuertes e independientes.