Vika Andréieva puede invocar la nieve y convertir la ceniza en oro. Nikolái Karimov puede ver a través de las paredes y crear puentes de la nada. Ambos son encantadores, los dos únicos de Rusia, y el zar necesita uno de consejero.
Sólo uno.
En el pasado, la convivencia de varias personas con habilidades mágicas en la corte ocasionó grandes rivalidades y conflictos. Por eso se creó el Juego de la Corona, un duelo de hechizos donde sólo hay dos opciones: ganar y convertirse en el mago imperial… o perder y ser ejecutado.