La locura de Hitler generó un incendio que consumió al mundo a mediados del siglo pasado. En ese incendio fueron inmolados no solo políticos y soldados. La guerra desbarató la vida de seres anónimos, familias estables y felices, como la suya, como la nuestra, similar a la de la gente que usted conoce. Para ellos, Sudamérica se convirtió en una meta soñada, donde reinaba la paz y aguardaba la salvación. Pero no todos iban a alcanzarla… Desde aquí, desde nuestro Chile, surge la evocación de esa época, la más oscura de la historia, en un presente que se estremece con la sombra del nazismo, porque la locura de Hitler parece estar resurgiendo en nuestros días.