La autoconcepción de la vejez es una derivada de la concepción que la sociedad transmite sobre esa etapa de la vida humana. Los viejos son invisibles, carecen de curiosidad, no tienen estímulos para seguir viviendo, se aburren, se sienten inseguros y abandonados porque la sociedad los expulsa y ellos mismos aceptan esa expulsión puesto que son parte de esa sociedad a la que no interesan.