Esta obra de Guadalupe Amor (1920–2000), construida en armonioso desorden, oscila entre la novela y el libro de memorias. Como en un calidoscopio giran en estos capítulos, henchidos de verdad y de misterio, cuantos personajes, hechos y objetos sirven de marco para las experiencias y sentimientos de una niña terrible y siempre sola en medio de los salones y los sótanos del caserón aristocrático de su niñez.