El Mundo femenino, escritura femenina. Cuerpos de mujeres. Lo privado de un cuerpo, de un nombre, de una experiencia se mezcla con lo social, lo plural, lo cultural, lo económico.
Me encantó el final y el juego con el lector.
Autiretrato, autoexploración, lo que nos conforma como individuos siendo parte de otra entidad como la pareja, la familia, los circulos sociales.
El libro está escrito de una forma cálida y agradable. La narrativa se divide en dos partes que se alternan a lo largo del texto: la historia de los personajes, y las reflexiones de la narradora. Es interesante a la vez que ligero.
El libro cuenta la historia de Mia, una mujer de mediana edad que va a visitar a su madre cuando su esposo la deja por otra mujer. Bueno, en realidad sufre una crisis nerviosa cuando su matrimonio llega a ese punto, y decide ir con su madre para terminar de sanar después de salir de la institución mental en la que pasa dos semanas. Durante ese verano conoce a las amigas de su madre, que forman parte de un club de lectura, a la familia vecina, y a las estudiantes que asisten al taller de escritura que ella imparte. El estilo del texto es agradable y nos lleva de la mano por el proceso de la protagonista de volver a sí misma a partir de experiencias sencillas y cotidianas. Es un libro íntimo antes que emocionante, lo que podría describir como heartwarming.
Lo que me gustó: Las relaciones que Mia establece con cada uno de los personajes que conoce mientras visita a su madre son muy agradables de leer porque surgen conexiones humanas profundas. Por ejemplo, las mujeres que forman parte del club de lectura le enseñan a Mia la belleza implícita en la fragilidad de la vida humana. Hay detalles, como la complicidad entre una de estas mujeres y la protagonista, que permiten a la autora mostrar el valor de ciertas interacciones realmente honestas entre dos personas. La relación que se va formando con la vecina y sus hijos es también una de mis partes favoritas, pues muestra cómo eventos aprentemente simples pueden resultar significativos al momento de sanar.
Lo que no me gustó: Me pareció que salen sobrando las conversaciones filosóficas que Mia tiene con un misterioso personaje que le envía mensajes de texto anónimos. He leído algunos de los textos y autores a los que hacen referencia, así que sabía de qué estaban hablando, y aún así no me pareció que aportara mucho a la historia. Por suerte, estas conversaciones ocupan poco espacio en la historia.