, con seguridad, nosotras no les olvidamos a ustedes tan pronto como ustedes nos olvidan. Quizá sea ése nuestro destino y no nuestro mérito. Vivimos en casa, calladas, confinadas, y nuestros sentimientos hacen presa en nosotras. Ustedes están abocados al esfuerzo. Siempre tienen una profesión, unos intereses, asuntos de todo tipo que les devuelven al mundo de inmediato y esos continuos cambios y ocupaciones pronto debilitan las impresiones que ustedes tienen.