«Al final de su vida, se ha dado cuenta de que los secretos destruyen; de que hay que iluminar los rincones para que no haya sombras; que en las sombras se ocultan los monstruos.»
Rita, regresa a su pueblo en Alicante después de muchos años de ausencia. Se dirige a casa de Lena, una de las amigas de entonces, pero la posibilidad de un feliz encuentro se ve truncada por una imagen horrible e inesperada: Rita encuentra a Lena muerta en el baño de su casa. Lo que empieza pareciendo un suicidio, se convierte después de algunas investigaciones, en un posible asesinato. Rita decide entonces reunir a las amigas de entonces para hablar de lo ocurrido. A partir de aquí, se iniciará el reencuentro de este grupo de amigas que hace 33 años que no se ven, después de que un terrible suceso las separara y marcara su vida para siempre. Porque el pasado siempre vuelve, siempre está oculto detrás de nosotros, pero a veces se nos muestra como un pliego más del presente.
Con una habilísima y muy personal mezcla de géneros, Las largas sombras va mucho más allá de la novela policiaca, del retrato de la España inmediatamente anterior a la Transición en una ciudad de provincias, de la narración de la nostalgia de sus protagonistas por una época en la que todo estaba por descubrir o de la crónica del desencanto que se ha ido instalando en sus vidas en la confrontación de los sueños con la realidad: Esta novela es una crónica astuta, desengañada y salvaje, narrada con inmediatez y frescura, y no exenta de humor, de una lucha por todo lo que vale la pena: el amor, la libertad, el respeto propio, la amistad, la esperanza.