no ser amigo de reprender ni de zaherir a aquellos que se les fuese o un barbarismo, o un solecismo, o una viciosa pronunciación de una sílaba, antes bien, procurase con maña sustituir aquello sólo que se debía haber proferido, o bien como quien pregunta, o bien como quien confirma, o como quien examina, no la palabra misma, sino la cosa dicha, o, por fin, como quien amonesta con disimulo de alguna otra semejante manera cortés y agradable.