llamamos propiamente Kábala y responde a lo oral. Según esta cara, las palabras de los versículos bíblicos no están fijas ni son inmóviles, rotan, giran, se invierten y convocan a otras palabras en otros pasajes para extender una y otra vez los significados. Si la Biblia, que en griego indica el plural de biblion (libro) conforma una especie de antología de multitud de textos procedentes de épocas diversas, en la Biblia hebrea y para los kabalistas cada palabra en sí es una biblioteca y tiene tantas facetas como un diamante.