Fray Luis de León, nacido en 1527 o 1528 en Belmonte, es uno de los poetas más relevantes de la literatura en lengua castellana, así como una figura caudal en el marco del Renacimiento español, aun y con su escasa obra, que tuvo que rescatar Francisco de Quevedo. Perteneció a la Orden de los Agustinos, y las enseñanzas morales y ascéticas de su congregación traslucen en su obra lírica. Fue, además, de un hombre docto, gran estudioso de la filosofía y la teología, llegando a impartir clases en la Universidad de Salamanca, donde ostentó también las cátedras de santo Tomás y la de las Sagradas Escrituras. Tras su muerte en Madrigal de las Altas Torres en 1591, sus restos fueron trasladados a la Universidad de Salamanca.