Los campesinos, a medida que abandonaban cada vez en mayor número las filas de los eseritas, se afiliaron a la Izquierda Social-Revolucionaria, que se convirtió en el gran partido campesino, que apoyaba al Gobierno soviético y defendía la confiscación sin compensaciones de las grandes propiedades agrícolas y su administración por los propios campesinos. Entre sus líderes: Spiridónova, Karelin, Kamkov, Kalagayev.