Durante años me convencí de que todo lo que había recibido de mis padres eran cosas. Hasta que en esos últimos días en el hospital entendí que mi padre me había entregado mucho más que billetes en un muñón. Me había dado las historias, la capacidad de escucharlas y disfrutarlas, la capacidad de crearlas. Entonces entendí que estoy hecho de historias.