Stanley Miller, a propuesta de su profesor, Harold Urey, reprodujo en el laboratorio las condiciones de la Tierra primitiva (hidrógeno, vapor de agua, metano y amoniaco, sometidos a descargas eléctricas). Tras esperar 24 horas, cerca de la mitad del carbono presente originariamente como metano se había convertido en aminoácidos y otras moléculas orgánicas.